La experiencia de escuelas de tiempo completo nace en los documentos de la década del 90 y recoge en su matriz las ideas definidas por los maestros del Uruguay: el derecho de todos los niños a aprender, la necesidad de los maestros de contar con espacios para la reflexionar sobre sus prácticas, la formación permanente de los docentes, la escuela como experiencia de vida para los niños y para los docentes, la incorporación de las familias a la vida escolar, la participación como forma de vida institucional, el edificio escolar como espacio digno para ser habitado.
Esta experiencia ha recogido sueños e ideas basados en el convencimiento de que la escuela debe ser un lugar que dé respuestas a las situaciones novedosas que afectan a los alumnos, a las comunidades y a los docentes.
Las escuelas de TC se sostienen sobre la base de cuatro pilares fundamentales
1- Hacer escuela de otro modo. Cuestionar lo establecido. Ensayar maneras de estar como institución en el mundo actual.
2- Relacionarse con el medio. Generar, revisar y cultivar vínculos y promover espacios para que ellos ocurra.
3- Autoformarse en forma permanente. Asumirlo éticamente y como desafío para poder pensar la escuela.
4- La escuela es mucho más que un edificio; pero el edificio da señales de qué tipo de escuela sucede allí.