A partir de la década de los noventa, las Escuelas de Tiempo Completo surgen como una necesidad de amortiguar las experiencias negativas del entorno social y territorial de los niños en situaciones de pobreza.
Se presentan como una propuesta educativa singular dentro de la educación común, con una extensión horaria de la jornada escolar y una oferta pedagógica y organizativa diferente.
Las Escuelas de Tiempo Completo intentan contribuir a compensar las diferencias mediante diversas acciones. La jornada escolar comprende distintos tiempos pedagógicos institucionales y el diseño de estrategias educativas diferenciadas.
Incluye, además un espacio destinado a los maestros, la reunión del colectivo docente, que se pensó como un ámbito de discusión y acuerdos, de actualización y puesta en práctica de sus concepciones educativas, revisándolas, fundamentándolas, sustituyéndolas si es necesario.